El contrato de juego es el documento que regula la relación entre operador y participante, y donde consta una descripción de los servicios ofertados y el catálogo de derechos y obligaciones de ambas partes.
De forma más amplia, los contratos de juego son un tipo de contrato privado celebrado entre operador y participante.
Por otro lado, debe distinguirse entre el contrato (general) de juego y el contrato (o contratos) de apuesta. Así, de manera distinta y superpuesta a al contrato de juego, se encuentran los distintos contratos de apuesta, que se formalizan y concluyen con cada participación del usuario. Se trata de contratos aleatorios, sujetos a un hecho incierto de los que dimanan derechos y obligaciones específicas a la resolución del evento aleatorio. En la práctica, cada vez que una de esas apuestas es aceptada y confirmada, supone un compromiso obligatorio para ambas partes que puede ser calificado como contrato de apuesta.
Los principales elementos definitorios del contrato de juego son los siguientes: